Emotional intelligence, in times of crisis.
Un paradigma empresarial dicta:
“Nuestros colaboradores, son el activo más importante de la empresa”.
Ésta afirmación a primera vista suena empática, integradora y humana, es repetida en muchas empresas, sin embargo, pocas las que lo ponen en práctica.
Es cierto que algunas condiciones para el éxito de una empresa es la capacidad de generar ganancias, mantener su rentabilidad y crecimiento en el mercado. A medida que los mercados se tornan más complejos, es más compleja la manera de garantizar estos elementos de éxito en las empresas. También es importante como se manejan las emociones en la empresa para alcanzar resultados.
Imagine una situación de crisis, la empresa toma decisiones difíciles que corrigen el rumbo de la empresa para garantizar su existencia; recorta gastos; reduce provisiones y finalmente toma la decisión de recortar personal, cada una de estas decisiones tienen un impacto en el personal, no se ejecutan de la noche a la mañana, sino que se dan en un lapso de tiempo que puede durar meses.
Mientras tanto el personal que ha “sobrevivido” a las medidas correctivas en la compañía, puede estarse preguntando a diario ¿Cuál será la siguiente sacudida? ¿Cuándo podría ser?, la falta de respuesta a estas preguntas provoca que dispare en nuestro cuerpo el sistema de alerta ante amenazas, esto puede provocar distintas reacciones en diferentes personas, reacciones como: huida, ataque, parálisis, etc.
¿Qué efectos puede provocar esto en el personal a mediano plazo? Puede provocar que los colaboradores creen nuevos paradigmas que inhiben crecimientos profesionales en tiempos de crisis: “cualquier cosa puede pasar hoy”, “para sobrevivir hay que hacer lo que sea necesario”, “cuestionar es negativo en estos tiempos”, en pocas palabras el colaborador se pone en modo reactivo o parálisis.
Otro efecto a mediano plazo, es que disminuye “la lealtad a la empresa”, la relación laboral se torna frágil porque el colaborador ha sido testigo de retiros de colegas que sudaban la camiseta con él o ella. En resumen, los “sobrevivientes” carentes de adaptabilidad, son manejados por el miedo, ansiedad y tienen resultados poco satisfactorios, por trabajar en modo reactivo, culpando a la crisis por el resultado de sus gestiones.
Esto pasa principalmente porque en tiempos de crisis, se rompe el canal de comunicación de la gerencia hacia los colaboradores, por ejemplo, les propongo hacer este ejercicio en su empresa. Pregunte a colaboradores de diferentes áreas, ¿Cuáles son los tres principales objetivos que la compañía requiere alcanzar para ser exitosa este año? La respuesta revelara cuan efectiva y cercana es la estrategia de comunicación del equipo gerencial. Si no han definido objetivos concretos, porque están apagando fuegos creados por tiempos turbulentos, recomiendo que revisen la herramienta dos del camino a la prosperidad- Estableciendo Objetivos SMART.
La clave para superar tiempos de crisis, yace en la capacidad emocional de la gerencia y la competencia profesional más importante en tiempos de crisis es la adaptabilidad. Quien determina el ritmo y carga emocional de una empresa es la gerencia, por esta razón las emociones que se impongan en la gerencia son básicamente las emociones con que se nutre la empresa.
Un cuerpo gerencial que, en tiempos de crisis, cuestiona sus viejos supuestos, estrategias, decisiones anteriores, que tiene la capacidad de reconocer sus emociones y redirigirlas positivamente en momentos de alta tensión laboral, tiene mayores probabilidades de comunicar con éxito a su equipo de colaboradores una visión clara de la situación actual y el rumbo que va a tomar la empresa.
Un equipo gerencial con alta inteligencia emocional, es flexible, está abierto a nuevas ideas, e integra sus colaboradores en el nuevo reto, y puede obtener de ellos, ideas originales para solucionar nuevos problemas, mayor empatía de los colaboradores hacia la gerencia por qué han sido tomados en cuenta y se sienten parte de la solución, de esta manera, la gerencia se mantiene flexible, adopta nuevas perspectivas y nuevos manejos de riesgos.
Daniel Goleman, en su libro de Inteligencia emocional en la empresa, dice que “para adaptarse ágilmente a las cambiantes realidades del mercado se requiere una creatividad colectiva, sentirse cómodo con la incertidumbre a todos los niveles de la empresa.”
Para que todo lo anterior suceda, la empresa debe apreciar el talento que ha contratado, saber dirigir la energía de los colaboradores para promover la creatividad colectiva y manejar estados emocionales que permitan la fluidez de nuevas ideas, la implementación de estas ideas y la integración de nuevos actores.